Con la reapertura se pone también en marcha, temporalmente, un nuevo horario que amplía la visita hasta las 9 de la noche.
La exposición plantea paralelismos y disparidades entre estos dos grandes de la escultura moderna que, a lo largo de sus carreras, interrogaron los principios del arte escultórico y subvirtieron las reglas de la mirada tradicional hacia la figura humana.
Contemplada desde la situación que atravesamos, la muestra adquiere una mayor relevancia, pues invita a examinar la capacidad que tienen estos genios para ver, representar y hasta magnificar la fragilidad humana. En el caso de Rodin, desde su preocupación por captar la expresión del motivo representado, las pasiones y las tensiones emocionales; en Giacometti a través de su obsesión por reflejar la capacidad del ser humano para caerse y levantarse una y otra vez tras la Segunda Guerra Mundial, su soledad y el aislamiento en medio de un mundo difícilmente comprensible.