ELENA GARCIA LOPEZ

Esta obra nace del deseo de representar la feminidad como un jardín interior: fuerte, colorido, imperfecto y lleno de vida. La figura central, con su mirada directa y serena, encarna una identidad que florece a pesar del caos que la rodea. Las flores, como símbolos de transformación y resiliencia, flotan en un espacio onírico que mezcla inocencia y poder. Con trazos definidos y colores vivos, esta pieza se enmarca dentro de un estilo naíf contemporáneo, que busca más la emoción que la perfección técnica. La composición busca conectar con el espectador desde lo instintivo: esa parte de nosotros que reconoce la belleza en lo simple, en lo simbólico, en lo humano. Es una invitación a mirar hacia dentro, a dejar que florezcan nuestras propias contradicciones con ternura.